Iván Garza García
Tras la algarabía de las elecciones de julio y la expectativa generada por los anuncios que ha venido ofreciendo al respetable quien habrá de gobernarnos, el panorama en nuestro país de pronto empieza a mostrar contrastes entre luz y sombra. No voy a referirme a la persecución de la que han sido víctimas cientos de osos (blancos todos ellos) después del desafortunado video protagonizado por el tristemente célebre vendedor de Bimbo, pero por ahí va la cosa.
Napoleón Gómez Urrutia ya se encuentra en México después de un largo autoexilio; vino a tomarse la foto y a obtener la credencial que lo acreditará como Senador de la República por los próximos seis años y, aunque suene increíble, el ex líder minero podría presidir la comisión de economía en la Cámara Alta. Por su parte, Ricardo “El Tuca” Ferreti asumió la postura de colegiala indecisa y nomás no da su brazo a torcer ante la invitación para dirigir definitivamente al seleccionado nacional de futbol. Todo parece indicar que los hombres de pantalón largo pronto habrán de “llegarle” al precio al exitoso y malhumorado timonel felino. Y hablando de billetes, el de veinte “recargado” ya fue puesto en circulación por el Banco de México. Esperemos que la imagen del Benemérito de las Américas y el color azul (por cierto, de tono bastante similar) no generen graves confusiones a la hora de hacer uso del efectivo.
Mientras tanto, no todo en el escenario es gris. Por fin, tras un año y once días de tortuosas negociaciones, México logró consolidar un convenio preliminar con los Estados Unidos, cuya finalidad es resolver los principales problemas comerciales entre ambas naciones. Fue precisamente el Presidente norteamericano Donald Trump, el encargado de dar el anuncio desde la llamada Oficina Oval de la Casa Blanca. Ahí, acompañado por el representante comercial del vecino país, Robert Lighthizer, además de Luis Videgaray, Ildefonso Guajardo y Jesús Seade, el magnate convertido en gobernante hizo una llamada telefónica a su homólogo mexicano en la que dio a conocer algunos detalles del consenso. Luego, el mandatario nacional ofreció un brindis con tequila para sellar el trato y, hasta ahí, todo parecía transcurrir en un ambiente de camaradería y buenos deseos. Sin embargo, debemos aclarar que el acuerdo de marras no se trata de la nueva versión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, ya que Canadá no participó en el . Al respecto, Chrystia Freeland, ministra de relaciones exteriores del país de la hoja de maple, solo espera la luz verde por parte del Primer Ministro Justin Trudeau para sumarse inmediatamente a la negociación trilateral.
La urgencia (aseguran los que saben) puede explicarse fácilmente. Si se tiene la intención de que sea el Presidente Peña Nieto quien firme la versión 2.0 del TLCAN, éste deberá estar listo a más tardar el 1º de septiembre, toda vez que el Congreso Norteamericano cuenta con un plazo de noventa días para la ratificación de los convenios internacionales y el próximo gobierno mexicano inicia funciones el primer día del mes de diciembre. De ahí que - ahora mismo - el acelerador se encuentre a fondo con el propósito de cerrar los tratos pendientes lo antes posible.
Aquí en confianza, debido a los recurrentes amagos del Güero Trump, México cedió ante la postura estadounidense respecto a uno de los temas más ásperos (si no el que más) de los mencionados en las mesas de negociación: las reglas de origen automotriz. Así, el nuevo pacto comercial aumenta el requisito de contenido regional de un vehículo producido en América del Norte, de un 62.5% al 75%. Además, se exigirá que el 45% de las partes vehiculares sean producidas por empleados que ganen por lo menos 16 dólares por hora. Lo anterior hará que se incremente el costo de producción de las unidades fabricadas en México, lo que podría impactar en el precio final al consumidor.
Tras el referido anuncio los mercados internacionales reaccionaron favorablemente; el peso ganó terreno frente al billete verde y subieron las bolsas. Si Canadá se pone las pilas, pronto estaremos reseñando un nuevo tratado comercial entre los países que conforman el bloque norte del continente americano; por vía de mientras habemus acuerdo con el Tío Sam y esa, indudablemente, es una buena noticia acá de este lado.