Enrique Escamilla Cantú

El 90% de los negocios en México se manejan como empresas familiares. Un estudio de la UANL sobre empresas familiares, elaborado por el Dr. Mayo, Alberto Pérez y la Dra. Beatriz Pérez, informa que 9 de cada 10 empresas son familiares, y que generan el 70% del empleo y 62% del PIB nacional. Sin embargo solamente un 10% de estas empresas sobreviven para llegar a la tercera generación, la cual, en su mayoría, liquida los activos de la empresa. Este alarmante dato estadístico nos invita a analizar los retos a los que se enfrentan las empresas familiares y cómo superarlos. 

Es importante mencionar que se deben tomar en cuenta dos conceptos que nos permitan entender la realidad de la empresa familiar. En su mayoría, las empresas familiares son el producto del esfuerzo de nuestro primer concepto: el fundador. Una vida de mucho trabajo y determinación para crear una empresa que dé sustento a su familia. Esto viene acompañado normalmente de la “ilusión” de que el negocio familiar trascenderá por muchas generaciones y que cada sucesor que venga aportará trabajo y esfuerzo para mantener a la empresa en constante crecimiento. 

Una vez que hemos detectado al fundador, vayamos al segundo concepto: la empresa. De acuerdo con la RAE, la empresa se define como una unidad de organización dedicada a actividades industriales, mercantiles o de prestación de servicios con fines lucrativos 

Nótese que en la definición de empresa no se habla del fundador, sino de una unidad de organización. Para entender esto, permíteme establecer una frase contraria a lo que nos propone la definición misma. Una empresa no es “una organización creada y dirigida por su fundador para lograr los objetivos que él ha trazado a través de una actividad económica seleccionada por él mismo, que deberá ser pasada a la del fundador por decenas de generaciones con crecimiento constante”.  

Podemos observar que la definición de empresa y lo que normalmente sucede con las empresas familiares, no está alineado. Y este es uno de los factores que no permiten que las empresas familiares, en su mayoría, sobrevivan más de 3 años. Si tomamos en cuenta que el 90% de los negocios en México son familiares y que, de acuerdo con KPMG, el 70% de los negocios no llega al tercer año de vida, estamos ante un reto de proporciones gigantescas.  

El reto de las empresas familiares radica precisamente en sobrevivir más allá de la estadística. Esto inicia en comprender que un negocio y su fundador deben de coexistir más no codepender. Que la labor del fundador es la de crear esta “unidad organizada”, no la de cargar sobre su espalda el negocio. Si el fundador comprende que lo que debe pasar de generación en generación no es un trabajo donde el hijo sea el próximo CEO del negocio, sino que la herencia funcione como una unidad organizada independiente de las acciones, talento y/o habilidades del sucesor, entonces se genera el fin que debe buscar el fundador: la transmisión de capital transgeneracional. 

Enrique Escamilla Cantú, Doctor en Ciencias Económicas y Administrativas, Maestro en Gestión Pública y Licenciado en Administración de Empresas. Empresario con más de 20 años de experiencia. Fundador de Grupo Empresarial Fundadorex. Articulista, autor del libro “Los 4 errores de los gerentes que matan tu negocio”, conferencista y mentor empresarial. Ha ayudado a decenas de empresarios a hacer crecer sus empresas. 

Instagram: @enriqueescamilla.oficial 

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