En los regímenes capitalistas los medios de información están en poder de los grupos poderosos, económicamente hablando. La industria de la noticia es una de las más productivas. Y cuando los medios de contacto con las masas pertenecen a los grupos oligárquicos se convierten, no en instrumentos de información, sino en instrumentos de deformación de los intereses populares. Así respondió Salvador Allende a Julio Scherer en la famosa entrevista de 1970, en Santiago de Chile.

Vamos a hacer que los propios periodistas dignifiquen su profesión, pudiendo opinar, pudiendo ser responsables y respetados ante su propia comunidad y no sometidos a la paga y al empleo. Puede haber cooperativas. Puede haber el derecho a que el representante del sindicato de la empresa escriba, bajo su firma, lo que piensan sus compañeros. Los periodistas, no el gobierno, escogerán su propio camino. El gobierno les dirá lo que pasa, los mantendrá bien informados, continuó diciendo Allende.

Si interviene el gobierno, se acabó la libertad de prensa.

 

Pero yo pienso si mañana, por ejemplo, Chile, que dentro del cauce electoral ha buscado un camino propio, se ve cercado, oprimido por la maraña de los intereses nacionales e internacionales y los periodistas no tienen la honradez de tomar conciencia de esos hechos y en vez de defender la dignidad de su Patria hacen el juego al adversario, nosotros habremos de denunciarlos ante el Colegio de Periodistas. Si mañana invaden la frontera de Chile, no voy a permanecer con los brazos cruzados. Los denunciaré y así como exijo ética en el gobierno, exigiré ética en el periodista. El Colegio de Periodistas puede ser como el Colegio de Médicos.

No faltaba más que este último no pudiera condenar a un abortero que se hace pasar por médico y se yergue en deshonra de la profesión. Para este tipo de casos, en su escala, en su medio, estaría el Colegio de Periodistas. Argumentó Allende.

¿Vislumbra usted posibilidades de guerra civil en Chile?, le cuestionó Scherer.

No creo en la guerra civil. El pueblo es suficientemente fuerte como para impedirla. Las Fuerzas Armadas chilenas son Fuerzas Armadas profesionales respetuosas de la Constitución y de la ley. No son guardias pretorianas al servicio de un hombre. La lección de patriotismo y ecuanimidad del pueblo chileno en las últimas semanas avala mi pensamiento y justifica la confianza en el futuro. Pero los signos de violencia fueron inusitados, de tal manera que es cauto decir que todo pudiera pasar. Le señaló el Doctor Salvador Allende a Scherer. (Julio Scherer, Entrevistas para la historia, Ediciones Proceso, 2015)

El Presidente Andrés Manuel López Obrador, ante el reciente clima de cuestionamiento a su actuación, ha afirmado:

¡Qué equivocados están los conservadores y sus halcones! Pudieron cometer la felonía de derrocar y asesinar a Madero porque este hombre bueno, Apóstol de la Democracia, no supo, o las circunstancias no se lo permitieron, apoyarse en una base social que lo protegiera y respaldara

Ahora es distinto. Aunque son otras realidades y no debe caerse en la simplicidad de las comparaciones, la transformación que encabezo cuenta con el respaldo de una mayoría libre y consciente, justa y amante de la legalidad y de la paz, que no permitiría otro golpe de Estado.

Aquí no hay la más mínima oportunidad para los Huertas, los Francos, los Hitler o los Pinochet. El México de hoy no es tierra fértil para el genocidio ni para canallas que lo imploren. (twitter)

José Vega Bautista

@Pepevegasicilia

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