El 18 de febrero de 1913, Don Venustiano Carranza Garza, gobernador constitucional de Coahuila, recibió el telegrama que el general de división Victoriano Huerta había girado desde la Ciudad de México a todos los gobernadores y comandantes militares. El texto del usurpador decía: “Autorizado por el Senado, he asumido el Poder Ejecutivo, estando presos el presidente y su gabinete”.

En seguida, Carranza en su despacho, observando nuestra majestuosa Catedral, toma una de las decisiones más trascendentes de su vida: Venustiano Carranza, gobernador de Coahuila, se convertía en la única persona que se atrevió a rebelarse contra Victoriano Huerta en un momento de gran confusión en que los gobernadores, cámaras, ejercito, hacendados, clero, capitalistas e inversionistas extranjeros se apresuraban a expresarle su adhesión y su reconocimiento.

Venustiano Carranza “tenía al lanzarse a la revolución un propósito desinteresado, patriótico, y bien definido. Algo mucho más hondo, más vasto y trascendente de lo que Madero se propuso: el propósito de Carranza fue: destruir una dictadura militar, establecer la igualdad social y consolidar la independencia de su patria”.( Urrea, Blas,1920. Benítez Fernando 1977)

 

Al día siguiente, el 19 de febrero, el congreso local desconoció la usurpación de Huerta y concedió facultades extraordinarias al gobernador Venustiano Carranza.

También se llamó al resto de los gobernadores y a los jefes militares federales, rurales y auxiliares a secundar la actitud del gobierno de Coahuila.

De esa decisión se desprende la fundación del Ejército Mexicano.

El Presidente Andrés Manuel López Obrador ha señalado al respecto: “Lo primero que tenemos que subrayar es que, a diferencia de otros ejércitos, el nuestro surgió para oponerse al golpe de Estado que culminó con el asesinato del presidente Madero y del vicepresidente José María Pino Suárez para defender la democracia y la legalidad.

En el ámbito latinoamericano, e incluso en el mundial, las Fuerzas Armadas de México son excepcionales en varios sentidos: nunca han pertenecido a la oligarquía; soldados y oficiales vienen de abajo y tienen como origen e identidad el México profundo. Como sostengo siempre, el soldado es pueblo uniformado y por eso nunca traicionará a su gente y siempre será un defensor leal de la libertad, la justicia, la democracia y la soberanía nacional.

Adicionalmente, desde su conformación a principios del siglo pasado, los institutos castrenses de México han sido siempre fieles al poder civil.”

Respecto a las acusaciones de que se está militarizando al país, López Obrador aclaró que “carecen de toda lógica y la más elemental buena fe. No se ha ordenado a las Fuerzas Armadas que hagan la guerra a nadie, no se les ha pedido que vigilen u opriman a la sociedad, que violen las leyes, que coarten las libertades y, mucho menos, que se involucren en acciones represivas o violatorias de los derechos humanos”.

“Por el contrario, en esta nueva etapa, la generosa y decisiva participación de nuestros soldados y marinos en acciones de desarrollo, bienestar y paz es refrendo de su lealtad a las instituciones civiles. Esta participación, además, contribuye a dejar atrás la distancia y hasta la desconfianza entre civiles y militares que se generó por las decisiones erróneas y perversas de gobiernos civiles. No carguemos la culpa al Ejército de acciones indebidas que avergüenzan, que son manchas de nuestra historia. No se olvide que esas acciones fueron ordenadas por las autoridades civiles. No se haga a un lado la legalidad que establece que el Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas es el presidente de la República.”

“Y vuelvo a expresar: mientras ocupe el honroso cargo de representar a los mexicanos en las Presidencia de la República, como comandante de las Fuerzas Armadas, jamás daré la orden de que se reprima al pueblo de México”.

Mientras tanto, en Coahuila, cuna del Ejército, en el marco de su conmemoración, el gobernador Miguel Riquelme Solís, señaló que Ejército Mexicano, “a lo largo de 110 años desarrolló una extraordinaria capacidad de preparación, estrategia, profesionalismo y uso de las tecnologías para responder a los desafíos que enfrenta el País”.

Además de que: "Es la institución más querida y admirada del pueblo mexicano. Es garante de la soberanía, defensor de la independencia nacional y pilar central de las estrategias de seguridad interior".

Asimismo, “con el acompañamiento solidario del Ejército Mexicano, Coahuila logró trascender una de las etapas más convulsas del México moderno”.

"El esfuerzo iniciado en 2011 entre el Ejército, los gobiernos estatales de Coahuila y Durango, así como de los municipios que integran la Zona Metropolitana de La Laguna, fue el parteaguas para la estrategia de seguridad implementada en todo nuestro territorio", recordó.

"El marco operativo de reacción que años atrás se realizó como 'Sellamiento Nazas', aún funciona bajo la denominación Mando Especial de La Laguna y se mantiene como ejemplo para el resto del País".

Luego, Riquelme Solís reiteró el reconocimiento al Ejército Mexicano, porque siempre acude al auxilio de la población damnificada por desastres naturales.

Además, reconoció que la vacunación en Coahuila se inició con éxito gracias a la coordinación entre el Gobierno del Estado y la SEDENA, lo que nos permitió ser de las primeras entidades en recobrar el dinamismo social, educativo, cultural y económico, ante la contingencia sanitaria por el Covid-19.

Riquelme concluyó: "Hoy, el Ejército Nacional es factor decisivo de la gobernabilidad, la paz y los equilibrios sociales que prevalecen en todo nuestro territorio".

José Vega Bautista

@Pepevegasicilia

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