De acuerdo al texto de la declaración conjunta México Estados Unidos, mostrada por el Canciller Marcelo Ebrard, “México y los Estados Unidos se reunieron para enfrentar los retos comunes en materia de migración incluyendo la entrada de migrantes a Estados Unidos que violan las legislaciones estadounidenses. Teniendo en cuenta el aumento significativo de migrantes a Estados Unidos, provenientes de Centroamérica a través de México, ambos países reconocieron la importancia fundamental de resolver rápidamente la emergencia humanitaria y la situación de seguridad prevalecientes. Los gobiernos de México y Estados Unidos trabajarán conjuntamente lo más pronto posible para alcanzar una solución”.

Ante tal realidad, me permití compartir con ustedes las siguientes consideraciones.

Los derechos humanos deben ser el fundamento del sistema de libertades sobre el que descansa nuestra constitución y sus ordenamientos. Por tanto, estos deben conformar toda la actuación de los poderes públicos. Su promoción y respeto, así como la protección eficaz de quienes los defienden sobre el terreno, debe ser uno de los componentes esenciales de la política interior y exterior del país.

 

Queda claro que el aumento de la pobreza y la desigualdad es un factor de primer orden en la generación de flujos migratorios, por tal razón, es necesario también que, en la práctica, el gobierno de la República articule un gran compromiso de solidaridad dirigido a combatir la pobreza y la desigualdad no solo al interior del país, sino en los países centroamericanos, principales víctimas del modelo económico.

Ello implica dar a la política de desarrollo un carácter prioritario, que sea, además, de alguna forma, autónoma, coherente, integradora, con recursos y estructura de gestión adecuada.

Además de una política de ayuda humanitaria basada en criterios internacionalmente definidos, es necesaria una estrategia que facilite la integración equitativa en la economía internacional a los países en pobreza, que los países del norte se comprometan a promover su capacidad económica y comercial. Siempre cuidando el cumplimiento de los códigos éticos existentes en materia de relaciones y transacciones internacionales para garantizar la equidad y el respeto de los derechos humanos, con inclusión de los derechos sociales y económicos.

José Vega Bautista

@Pepevegasicilia

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