Con 2 mil 289 asesinatos, junio se ubicó como el segundo mes más violento del año, según el reporte diario de víctimas de homicidio doloso elaborado por el gabinete de seguridad federal.

En promedio, 76.3 muertes intencionales se registraron diariamente.

En la primera mitad del año suman un total de 13 mil 127 víctimas de homicidio doloso en el país, la mayoría se concentran en Guanajuato, Baja California, Michoacán, Estado de México, en números absolutos.

Los estados con más asesinatos el mes pasado fueron Guanajuato, 264; Michoacán, 215; Estado de México, 203; Jalisco, 165; Baja California, 132, de acuerdo con el reporte.

Cabe destacar que Guanajuato registró 18 asesinatos en un día, el pasado 29 de junio, y Chihuahua, 17, el 5 de junio.

El último día de junio, 73 personas fueron asesinadas en el país, de las cuales Jalisco contabilizó, 8; Baja California, 7; Michoacán, 7; Guanajuato, 6; Sonora, 5. (eluniversal.com.mx)

Como casos emblemáticos de junio destacan los dos sacerdotes jesuitas, Javier Campos, de 79 años, y Joaquín Mora, de 80 y el guía de turistas asesinados supuestamente por narcotraficantes en la Sierra Tarahumara de México que se suman a una larga lista de activistas, periodistas y simples visitantes que han sido amenazados o perdieron la vida a manos de las bandas delictivas que dominan esa región.

 

Hasta ahora mayo sigue considerándose el más violento del 2022, durante el quinto mes del año se registró el segundo día más violento de la administración: el 24 de mayo, cuando ocurrieron 118 muertes violentas.

Durante el mes de mayo se contabilizaron un total de 2,472 homicidios dolosos, en promedio por día se registraron 79.7 muertes violentas.

De acuerdo con cifras del reporte diario del gabinete de seguridad federal, en mayo hubo un repunte de 16% en los homicidios dolosos, pues en abril se reportaron 2,131 muertes violentas.

Durante el quinto mes algunos casos sacudieron al país. Entre ellos el de un niño de tres años asesinado al interior de una iglesia en Zacatecas; el multihomicidio de 11personas en un hotel en Celaya, Guanajuato; el ataque a las periodistas Yessenia Mollinedo y Johana García, en Veracruz; el homicidio de cuatro menores en Oaxaca, en el poblado de Chiapa de Castro, en Juchitán, y el enfrentamiento en Coyomeapan, Puebla, que dejó tres personas muertas.

Durante este mes también se dio el segundo día más violento de la administración de Andrés Manuel López Obrador: el 24 de mayo, cuando se registraron 118 homicidios dolosos. Además, se dieron tres días con más de 100 homicidios: 1 de mayo, con 112; 15 de mayo, con 105, y 22 de mayo con 107.

De los 2,472 homicidios dolosos ocurridos durante mayo, 758 (el 30%) ocurrieron en Guanajuato, Estado de México y Michoacán.

En la entidad gobernada por Acción Nacional, con Diego Sinhué, se registraron 330 homicidios dolosos. En ese estado operan el Cártel de Santa Rosa de Lima y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

El 23 de mayo se registró en esa entidad un ataque armado en un hotel que dejó como saldo 11 muertos.

El Estado de México, gobernado por el priista Alfredo del Mazo, dejó el tercer lugar para posicionarse como el segundo más violento. En el último mes se registraron 234 muertes violentas en esa entidad.

En territorio mexiquense “La Familia Michoacana”, “Los Caballeros Templarios”, “Guerreros Unidos” y el “Cártel Jalisco Nueva Generación” (CJNG) se disputan el control de la extorsión y narcomenudeo, aunque hay hasta otros 20 grupos delictivos que también contribuyen a la violencia.

En tanto, Michoacán, gobernada por el morenista Alfredo Ramírez Bedolla, bajó al tercer sitio al registrar 194 homicidios dolosos. La violencia en este estado es atribuida a una lucha entre el Cártel Jalisco Nueva Generación y Cárteles Unidos. (politica.expansion.mx)

Ante este panorama y dando respuesta a las voces que claman un cambio en la estrategia de seguridad pública, el presidente Andrés Manuel López Obrador, aseguró que la estrategia en materia de seguridad no se cambiará porque “se está avanzando”. Además argumentó:“Yo pienso que vamos avanzando, que es un problema complejo, heredado, se abandonó durante mucho tiempo y sobre todo no se atendió el fondo del origen de la inseguridad y violencia”.

“No vamos a cambiar la estrategia, al contrario, quienes deben reconocer que se equivocaron, y que los errores en política son como crímenes en el mejor de los casos, son nuestros adversarios”, sigue siendo su postura.

Esa es la realidad en la que vivimos, por eso, hoy más que nunca, los gobernadores deben tener la voluntad política y la determinación para combatir la inseguridad, ya que de otra forma los municipios no podrán hacerlo solos.

Es decir, se trata de un reto que debe enfrentarse de manera coordinada y, a su vez, tener claro que para entender al crimen y su lógica se requiere cercanía con la población y compromiso para generar acciones de gobierno.

Es fundamental realizar un análisis por cada municipio con el fin de identificar las particularidades sociales, económicas, culturales y geográficas, y la forma como influyen en la manera en que se manifiesta la inseguridad. Esto con el fin de establecer la estrategia adecuada para atacar las causas socioeconómicas y culturales del delito.

También es necesario entender la geografía del delito y además fortalecer la capacidad municipal en materia de seguridad. Lo que significa que no solo se tiene que invertir en proyectos de seguridad, sino en un plan que implique fortalecimiento de la estructura educativa, más escuelas y de fácil acceso en todos los niveles educativos, para lograr una mayor cobertura.

Invertir además en proyectos de infraestructura, es decir, que el gasto público se oriente hacia la inversión productiva en capital físico, tecnológico, cultural y humano. Esto como parte del fortalecimiento del tejido industrial y empresarial que se requiere para fomentar la generación de fuentes de empleo, acompañada de una agresiva política de fomento económico.

En el otro eje de la estrategia, es indispensable profesionalizar y depurar los cuerpos de seguridad pública. Para ello es necesario aplicar a todo el personal de seguridad exámenes de control y confianza y rechazar tajantemente a quien no los acredite.

Pero a su vez, establecer incentivos tales como incrementar y homologar los salarios de las policías, así como impulsar que en los municipios se les otorgue seguridad social a los elementos de las policías municipales. Además de impulsar la mejora de la policía municipal, a través de capacitación y entrenamiento cotidiano.

Por otro lado, cerrar la pinza de la estrategia impidiendo el financiamiento del crimen organizado.

Para lograrlo ha sido necesario fortalecer el marco jurídico para tipificar como delitos, entre otros, la contratación de personas en las áreas de seguridad pública que no aprueben los exámenes de control de confianza; la operación de establecimientos como yonkes, casinos y table dance; narcomenudeo; la circulación de vehículos con placas sobrepuestas; las peleas entre animales; la prestación de servicios privados de seguridad sin permisos; la desaparición forzada de personas; la facilitación delictiva (halconeo); la utilización de insignias o vehículos oficiales con fines ilícitos; la venta de alcohol sin permiso y fuera de los horarios permitidos; además de tipificar el feminicidio y perseguirlo.

Por supuesto que la seguridad pública también debe ser un compromiso ciudadano, porque su solución solo se producirá con la participación de todos.

José Vega Bautista

@Pepevegasicilia

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