El pasado 25 de abril, la Cámara de Diputados aprobó en lo general la reforma a la Constitución en materia educativa. Luego de una discusión de más de tres horas, el pleno validó las modificaciones propuestas por el presidente Andrés Manuel López Obrador.

En lo general, el dictamen se aprobó con 381 votos a favor de Morena, PRI, PAN, PRD, PVEM, PES, PT, MC y los legisladores sin partido.

La nueva Reforma Educativa, entre otras cosas, garantiza la educación obligatoria y gratuita desde los primeros años hasta la universidad, también elimina el órgano encargado de evaluar la capacidad de los profesores, además de incluir la educación sexual como parte de los programas académicos.

Ante tal hecho, y otras decisiones que el Presidente López Obrador está tomando con rapidez, vale la pena analizar lo planteado al respecto por el Maestro Roy Campos.

 

Señala, el también Presidente de Consulta-Mitofsky, que es tan alta la evaluación de López Obrador que prácticamente subir más parece muy difícil porque convencer a los que no ha convencido hasta ahorita va a ser muy difícil, por lo que su popularidad ya está en rendimientos decrecientes. 

La pregunta es ¿qué se hace con una popularidad tan alta? es decir, con el bono democrático que la ciudadanía le está otorgando señalándole su confianza. 

Es el momento político en el que tiene que hacer los cambios profundos que tiene planeados para su gobierno, y los tiene que hacer rápido porque cada uno de ellos lastimará a un grupo, con su consecuente castigo a su popularidad y una merma al mencionado bono democrático. Por lo tanto, si no los hace desde el principio pierde la oportunidad que le da un sistema democrático como el nuestro. 

López Obrador, a decir de Roy Campos, está haciendo un buen uso de su bono democrático y cita un ejemplo: La reforma educativa de Enrique Peña Nieto tiene la aprobación del 92% de los que votaron por José Antonio Mead y un 90% de los que votaron por Jaime Rodríguez; es decir no es mal vista. Sin embargo, el ciudadano no le reclama al Presidente actual el hecho de que la derogara, y la explicación es que le tiene tanta confianza a López Obrador que asume que su reforma puede ser mejor. (Entrevista en Proyecto Puente

Y así como el ejemplo de la reforma educativa, están las decisiones aeroportuarias, ferroviarias, de seguridad pública y bienestar social, tomadas bajo el amparo del gran bono democrático que le otorgó la ciudadanía y que, como se infiere en lo dicho por Roy Campos, corre el riesgo de deteriorarse en cada decisión tomada. O como dice el clásico: el ejercicio del poder desgasta.

José Vega Bautista 

@Pepevegasicilia

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