Flor Rentería

Queridos amigos, el mes de febrero es coloquialmente conocido como el mes del amor y la amistad, esto en propósito del Día de San Valentín, y debido a este día, me gustaría hablar de los criterios para la convivencia escolar.

Quizá muchos no lo sepan, pero en el Estado de Coahuila contamos con un Manual de Convivencia Escolar, Procedimientos y Protocolos, que tiene como principal intención promover conductas y actuaciones adecuadas en las interacciones sociales de las escuelas, así como también establecer pautas base para prevención y atención a situaciones que obstaculicen la vida en los planteles educativos.

Esta normatividad es de relativa avanzada, ya que pocas entidades cuentan con este tipo de reglamentaciones, sin embargo, es importante destacar que estas guías deben de encausarnos precisamente no a su uso constante, sino a su eventual desuso. Decía mi madre que la ciudad más limpia no es la que más se barre, sino la que menos se ensucia, y efectivamente ese es el criterio que debe de imperar en materia de relaciones escolares: la mejor escuela no es la que más reglamenta la convivencia, sino la que menos necesita hacerlo.

Queridos lectores, la escuela es un reflejo de nuestra sociedad, y cada niño es un reflejo de su casa. La principal obligación que tenemos como padres de familia, es asegurarnos que el niño que estamos presentando al entorno social, sea un niño amado, seguro y feliz, que se sepa protegido y en confianza dentro de su seno familiar, para poder hablar cualquier situación o inquietud de su vida diaria; solo así podemos garantizar que la niña o el niño llegue a la escuela en condiciones de poder tener una experiencia social enriquecedora.

Las maestras y los maestros son los principales responsables de prevenir y actuar ante una situación que vulnere a la experiencia escolar, y desde la Coordinación de Servicios Educativos, por instrucciones de la SEDU y del Gobierno del Estado, seguiremos sensibilizando contenidos tanto para planteles públicos como privados, que les permitan a maestras y maestros tener mejores estándares de acción ante cualquier imprevisto.

Amigas y amigos, al riesgo de ser reiterativa, les recuerdo lo vital que es la participación de la familia en la convivencia escolar: cuando se convoque a una reunión de padres, hagan lo posible por acudir. Cuando tenga alguna inquietud sobre el día a día de su hija o hijo en la escuela, no dude en acudir al plantel o ante el personal de la Coordinación, que con gusto le atenderemos.

Aprovecho, además, queridos lectores, para agradecerle por su atención a esta columna. Sepan que valoro que me dediquen su tiempo a departir a través de este medio, de las redes sociales, y en las ocasiones que tengo dentro de mi actuación pública para compartir experiencias y comentarios con ustedes. Sepan que en mí contarán siempre con una servidora pública dedicada, y, si me lo permiten, una buena amiga.

¡Feliz San Valentín a todas y todos!